Yapacaní, 28 de junio de 2025 – Abraham Ortega Arancibia, de 28 años, fue hallado sin vida en el kilómetro 47 de la carretera Santa Cruz–Cochabamba, en el municipio de Yapacaní. Su cuerpo, maniatado y con evidentes signos de tortura, presentaba al menos 16 impactos de bala según la autopsia oficial, lo que refuerza la hipótesis de una ejecución planificada.
Ortega había sido reportado como desaparecido el 21 de junio tras salir de su vivienda en Entre Ríos, Cochabamba, rumbo a su chaco en motocicleta. Su cadáver fue encontrado dos días después, lo que llevó a las autoridades a recalificar el caso de secuestro a asesinato. El fiscal departamental de Santa Cruz, Alberto Zeballos, confirmó que la causa de muerte fue por múltiples heridas de arma de fuego, principalmente en la región torácica.
La investigación policial apunta a un posible ajuste de cuentas entre bandas delictivas, dada la violencia extrema y la modalidad de ejecución. Ortega era cuñado de Ariel Villarroel Calle, identificado como líder de una organización criminal vinculada al sicariato, extorsión, secuestro y narcotráfico en el trópico de Cochabamba. El comandante policial de Yapacaní, coronel Efraín Gutiérrez, señaló que “el cuerpo tenía 16 disparos y estaba maniatado; estos elementos indican una ejecución con alto grado de planificación”.
El Ministerio Público ha abierto una causa contra autor o autores no identificados y equipos de criminalística trabajan en la escena para recolectar pruebas que permitan esclarecer el caso. La Fiscalía de Ivirgarzama está a cargo del proceso, mientras familiares y allegados de la víctima han sido convocados a declarar, sin descartar la participación de una organización criminal en el asesinato.
Este caso se suma a una serie de hechos violentos en la región, donde la falta de presencia estatal y el crecimiento de bandas criminales han incrementado la inseguridad y la impunidad.
