Argentina, 1 de julio de 2025 – Juan Carlos Leiva, un hombre en situación de calle, falleció el 4 de junio en Mendoza tras resistirse a separarse de su inseparable perro, Sultán. Durante meses, Juan vivió en las veredas del microcentro, donde era conocido por vecinos que intentaron ayudarlo. A pesar de sufrir enfermedades graves como EPOC, neumonía y problemas cardíacos, rechazó atención médica y refugios porque no quería dejar solo a su compañero canino.
María del Carmen Navarro, vecina y personal de limpieza del edificio donde Juan dormía, fue quien lo asistió en sus últimos días y quien, tras su muerte, cumplió la promesa de cuidar a Sultán. “Yo le decía que fuera al hospital, que yo me quedaba con el perro, pero no quería dejarlo solo. Me decía balbuceando que cómo iba a hacer para buscarlo después. Él lo único que quería era cuidar al perro”, relató María.
Juan fue finalmente hospitalizado, pero murió solo, lejos de sus conocidos, mientras su hijo, también en situación de calle, no pudo ser localizado. Según María, las condiciones en los refugios eran inadecuadas, y Juan había sufrido maltratos cuando intentó ingresar con su perro.
El vínculo entre Juan y Sultán fue tan fuerte que María le preparó un refugio temporal en su casa y luego logró que una familia de la zona adoptara al perro. “Ahora duerme calentito, con un abrigo azul, en un sillón de su nueva casa. Le dije a Juan que estaba cumpliendo mi promesa: que Sultán tuviera un buen hogar”, afirmó.
Esta historia conmueve por la lealtad y el amor incondicional entre un hombre y su mascota, que permaneció hasta el último momento.
