En una ceremonia majestuosa en el Kremlin, Vladimir Putin, de 71 años, asumió este martes su quinto mandato como presidente de Rusia hasta 2030, instando a sus compatriotas a unirse para vencer en el conflicto con Ucrania, considerado existencial.
Ante la elite política rusa y soldados destacados en Ucrania, Putin expresó su agradecimiento a los combatientes que han estado en el frente desde febrero de 2022, subrayando el honor, la responsabilidad y el deber sagrado que conlleva su nuevo mandato.
En un momento de crecientes tensiones con Occidente, Putin aseguró que Rusia está abierta al diálogo, pero puso en claro que la decisión depende de los países occidentales. El presidente ordenó ejercicios nucleares en respuesta a lo que describió como declaraciones amenazantes de dirigentes occidentales sobre un posible envío de tropas a Ucrania.
Esta toma de posesión coincide con un momento clave en el conflicto en Ucrania, donde las tropas rusas han intensificado su ofensiva en el este del país. Mientras tanto, las fuerzas ucranianas enfrentan desafíos logísticos y de aprovisionamiento.
A pesar de las victorias militares, Putin enfrenta presiones internas y externas. La economía rusa ha sufrido bajo el peso del gasto militar y las sanciones occidentales, y el presidente busca diversificarla hacia el mercado asiático.
El nuevo mandato de Putin se produce en un momento de consolidación del poder en Rusia, donde la oposición enfrenta una creciente represión y las voces críticas son silenciadas.
Putin asume el desafío de liderar a Rusia en medio de una crisis geopolítica de proporciones inciertas, con la esperanza de forjar un camino hacia la estabilidad y el crecimiento económico en el país.
