La Paz, 3 de julio de 2024 – Han pasado tres meses desde la desaparición de Odalys Vaquiata, quien no regresó de un viaje a los Yungas de La Paz con su enamorado Joel Pérez. La madre de la joven, Mabel Quispe, pide desesperadamente encontrar el cuerpo de su hija, mientras Joel enfrenta cargos de feminicidio y sus padres están detenidos por complicidad.
Inicialmente inculpado por trata y tráfico de personas, Joel Pérez ahora está procesado por feminicidio. Mabel Quispe teme que los acusados queden en libertad, ya que han alegado que «sin cuerpo, no hay delito». Sin embargo, el fiscal departamental de La Paz, William Alave, asegura que existen precedentes en la legislación boliviana para condenar sin la aparición del cadáver, lo que refuerza la imputación contra Joel.
Expertos en derecho penal, como Cristian Sánchez y Andrés Zúñiga, sostienen que la ausencia del cuerpo no impide una condena si se presentan pruebas periféricas y circunstanciales que demuestren el delito. En Bolivia, ya se han dado tres condenas por feminicidio sin hallar los cuerpos, fortaleciendo la posibilidad de que Joel Pérez sea condenado por la desaparición de Odalys.
