Por: Sergio Salazar Aliaga
En mi ciudad cada día aparece un personaje, esta vez un Tik Toker llamado Rubén Blanco, que se estrello contra la danza de los mineritos, dijo lo siguiente: “Yo soy del Alto, pero jamás bailaría esa danza de ropavejeros, esa danza de mugrosos, hay muchas personas que son mugrosas y están para bailar esa danza de mugrosos, pero yo james estaré para esa danza, hay clase, yo he nacido con clase, la gente nace con clase, no soy millonario pero jamás bailaría esa danza, yo repudio esa baila de los mineros, repudio esa danza de mugrosos, de ropavejeros, parece que recogen basura, eso es lo que parecen”.
Evidentemente nacieron criticas de todas partes, la misma gobernación de Potosí le esta abriendo un proceso penal por discriminación a la danza de mineritos, además la secretaria departamental de turismo y culturas pidió una satisfacción publica referente a este tema. Rubén hizo todo eso porque es un egomaníaco, que se quiere burlar de todos, o simplemente por su falta de educación, por exhibir su gran estupidez y su ignorancia, demostrando así que el verdadero peligro no viene de Marte sino de la teatralidad demagógica de algunos.
El año pasado como meta personal decidí bailar la danza de los mineritos, en primera instancia me acerque a la carrera de Sociología de la Universidad Mayor de San Andrés, lo segundo era una meta personal, los mineros en mi país significaron por muchísimos años ser el sujeto histórico, wow, que gran importancia que tienen entonces, el sujeto histórico es la vanguardia de una sociedad, es la capacidad movilizadora de masas, es decir que es un sujeto colectivo, con fines políticos y sociales.
Marx nos enseñó que cada sociedad establece su propia manera de organización, es lo que nos caracteriza y al mismo tiempo nos diferencia de otras sociedades, la producción, la distribución de riquezas, tanto materiales como simbólicas. Lo que él lo denomina como el modo de producción.
Las sociedades capitalistas están organizadas para la máxima obtención de ganancias, en Bolivia los sectores de la economía requerían de un número considerable de mano de obra, sin duda fue indígena, pero por su puesto era obrera, y era minera en su mayoría a lo largo de su historia.
A partir del descubrimiento del cerro Rico, que fue la máxima de la minería en Bolivia, Don quijote de la mancha habla con otras palabras: “vale un potosí” advierte a Sancho. El mundo estaba comenzando a nacer, el inicio de la modernidad también, entonces que importante que es el símbolo del minero, que importante es la simbolización de la danza del minerito.
Para 1573 Potosí se convirtió en el centro comercial del Virreinato, se convirtió en la ciudad más importante del continente, que acogía a más de 120.000 habitantes en ese entonces.
En ese momento lo que pasaba en la ciudad de Potosí era algo increíble, como lo describe Eduardo Galeano en su libro las Venas Abiertas de América Latina: “Sólo veintiocho años habían transcurrido desde que la ciudad brotara entre los páramos andinos y ya tenía como por arte de magia, la misma población que Londres y más habitantes que Sevilla, Madrid, Roma o París. Hacia 1650, un nuevo censo adjudicaba a Potosí 160.000 habitantes. Era una de las ciudades más grandes y más ricas del mundo, diez veces más habitada que Boston, en tiempos en que Nueva York ni siquiera había empezado a llamarse así”. Por eso es importantísimo entender la importancia de esta ciudad, de su coyuntura de la migración que albergaba, y del lugar que tenía Bolivia en ese momento de temporalidad histórica.
Es decir “Potosí” se convirtió en una de las ciudades más importantes del mundo, pero como llego a tener ese auge, esa cantidad de población y de riqueza. La leyenda dice que en 1545, el indio Huallpa corría tras las huellas de una llama fugitiva y se vio obligado a pasar la noche en el cerro. Para no morirse de frío, hizo fuego. La fogata alumbró una hebra blanca y brillante. Era plata pura. A partir de eso se desencadenó la avalancha española hacia tierra americana y así potosí fue invadida de forasteros.
El enriquecimiento fue tanto para España que el emperador Carlos V dio prontas señales de gratitud otorgando a Potosí el título de Villa imperial y dio un escudo con esta inscripción “Soy el rico Potosí, del mundo soy el tesoro, soy el rey de los montes y envidia soy de los reyes”. Así comienza esta historia.
No podemos olvidarnos de la minería del siglo XX, de os Barones del estaño (Persona que tiene gran influencia y poder en una empresa minera), tres personajes icónicos de la historia boliviana que monopolizaron la minería del estalño, llegando a controlar el 80% de su producción. Estamos hablando de Simón Patiño, Moritz Hochschild más conocido como Mauricio Hild y Carlos Víctor Aramayo, que dieron pie al nacionalismo boliviano y la revolución del 52.
Entonces Ruben no solo no agarró un solo libro en su vida, y si lo agarro estoy seguro de que fue Manual del perfecto idiota o Ser idiotas para Dummies, y si lee esto que tome una reflexión, ah por cierto me olvidaba, no creo que tenga clase, eso se adquiere, se gana, Marx nos decía: “No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”. Es una tesis tan sencilla, que por fuerza tenía que ser la evidencia misma, para todo el que no se hallase empantanado en las engañifas idealistas.
