Bolivia, 21 de septiembre de 2024 – La reciente marcha encabezada por el exmandatario Evo Morales ha desatado un incremento alarmante de agresiones hacia periodistas y trabajadores de la prensa en Bolivia. Hasta el jueves, la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) había registrado al menos nueve incidentes de violencia, incluyendo latigazos y agresiones físicas, mientras que nuevos reportes surgieron en la localidad de Ayo Ayo.

Durante la conferencia de prensa de Morales, una periodista del canal DTV le confrontó sobre los ataques sufridos por su equipo, específicamente durante la jornada del 19 de septiembre. A pesar de las denuncias concretas, el exmandatario evitó asumir responsabilidad y minimizó los incidentes, sugiriendo que algunos reporteros podrían ser “agentes de inteligencia”. Este tipo de comentarios, según la ANP, son ejemplos de un discurso estigmatizante que busca desacreditar a las víctimas de violencia.

Las agresiones no se limitaron a DTV. La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, denunció un ataque a un equipo de Bolivia TV, que fue despojado de su material de grabación. Además, varios periodistas de medios independientes también sufrieron hostigamientos, incluyendo un incidente en Vila Vila donde un reportero fue forzado a interrumpir su trabajo por simpatizantes del gobierno.

La violencia y la intimidación hacia los medios de comunicación han generado preocupación sobre el estado de la libertad de prensa en el país.

Frente a esta situación, diversas organizaciones periodísticas, entre ellas la ANPB y la APLP, emitieron un comunicado demandando a las autoridades el cumplimiento de su deber constitucional de proteger las libertades de expresión y prensa. En su pronunciamiento, instaron a los sectores movilizados a respetar los derechos de la información y a los medios a garantizar la seguridad de su personal en medio de la conflictividad.

La ciudadanía también juega un papel crucial en este contexto, siendo el derecho a la información un prerrequisito fundamental en una democracia. Las organizaciones pidieron a los periodistas actuar con pluralismo, profesionalidad y ética, mientras que la población debe reconocer la importancia de la labor periodística en el ejercicio de sus derechos democráticos. En este entorno convulso, la defensa de la libertad de prensa se convierte en una necesidad urgente para salvaguardar la democracia en Bolivia.