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Por: Sergio Salazar Aliaga
Me encontré con tremendo poemario titulado “Altiplano” son 61 poemas escritos por Kris Gonzáles, amiga y compañera entrañable, ella es periodista, escritora, poeta, artística y diplomática venezolana, alberga un conjunto perfecto dentro de las artes. La edición esta a cargo de Javier Larrain Parada y la portada es la pintura de Raúl Lara, el óleo sobre lienzo de “El viaje imaginario de Don Estanislao”.
El poemario tiene una particularidad muy importante, es la dedicación a la ciudad de La Paz, esa particularidad hace que cada poema transmite la agitación y el bullicio de las calles y avenidas, describiendo el constante movimiento de vehículos, personas y luces, al mismo tiempo los sonidos característicos de la ciudad, como el tráfico, el clamor de la gente, el ruido de la construcción, las sirenas de los vehículos de emergencia, también presente la diversidad cultural, resaltando la mezcla de idiomas, tradiciones, sabores y colores que se encuentran en una ciudad cosmopolita, edificios y monumentos emblemáticos, que representan el patrimonio arquitectónico y cultural de la ciudad, vida nocturna, destacando la actividad y la animación de los bares, cafés, discotecas y teatros, entre otras cosas más, porque traspola a la imaginación.
Hace mucho tiempo atrás escribí un articulo muy lindo dedicado a la ciudad de La Paz, y no quería dejar de lado esta frase tan inspiradora del poeta más representativo y hegeliano como es don Jaime Saenz, quizá porque resume cada callejón oculto de la ciudad, “En el extraño sitio en que precisamente la perdición y el encuentro han ocurrido, la hermosura de la vida es un hecho que no puede negar ni se debe negar”.
Kris juega con los versos, esas líneas que componen el poema central, juega con las palabras para crear oraciones parte constitutiva de este tipo de escritura, suele tener un número de palabras y sílabas en específico, así como terminaciones puntales para dotar de rima y ritmo al poema.
De entre los poemas que más me gustaron está el primero, además de ser el más largo, y dice algo así: “La Paz es el aire que falta en pleno vuelo de las aves fatigadas que se tragan las cenizas de sus calles atestadas de humo y ruido, La Paz me asfixia hoy, acelera el latido de mi pecho empujar su latir fuera de las osamentas volcadas de las catacumbas como la innovación a un inevitable llanto que ruge desde adentro”.
En el poema 41 rescato algo muy importante, sobre todo en estos tiempos de cambio, el poema se llama Iguales “No somos lo que fuimos, que tiempos estos de desafiar la suerte de extremar los miramientos de saborear continuamente la amargura a trago seco, grueso trago de temer la muerte con tanta intransigencia sin haber tocado, sin haber sentido, sin haber vivido, sin roer aquellos desafíos cotidianos.
Y para no terminar de contarles el libro, cierro con el poema 44 titulado Cierro los ojos, “Ven aquí durmamos juntos, cierra los ojos, duerme, yo acunaré las pesadillas y me llevare conmigo tus fantasmas, despierta en mis brazos ceñido entre mis cavilaciones, ligado a la compasión de los adormecidos”.
Las ciudades son mucho más que meros conglomerados de edificios y calles. Son lugares llenos de vida, de historias y de emociones. Y qué mejor manera de capturar toda esa esencia que a través de los poemas.