Cochabamba, 12 de noviembre de 2024 – Exdirigentes del trópico cochabambino y del sector campesino de esta región denunciaron que las movilizaciones promovidas por Evo Morales, incluyendo marchas y bloqueos, se sostienen mediante la corrupción de los líderes locales y amenazas a la población. Gregorio Mamani, exdirigente de la Coordinadora de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, explicó que quienes se niegan a participar en las protestas son sancionados económicamente y con medidas internas de las organizaciones. “El trópico es orgánico, las sanciones y multas mueven a los compañeros; es una decisión que se debe acatar”, señaló Mamani.
Durante el reciente bloqueo de carreteras por 24 días, se evidenció la falta de presencia estatal en la región, donde prevalece una “dictadura sindical” liderada por Morales. Según el viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales, Juan Villco, la “élite política sindical cocalera” intenta establecer un estado paralelo, tomando instituciones por más de 100 días, incluyendo la ocupación de instalaciones como Undestroy y el mercado de coca de Sacaba.
Los exdirigentes señalaron que Morales utiliza tácticas de cooptación, ofreciendo dinero a los líderes para obtener su lealtad, mientras que las bases son amenazadas con la pérdida del cato de coca si no obedecen. Celso Carrillo, exejecutivo de la Federación de Campesinos de Cochabamba, afirmó que los dirigentes «corrompidos con dinero» actúan para someter al campesinado y mantener el control en la región.
Por otro lado, Morales se quejó públicamente de que sus seguidores solicitaron viáticos para mantenerse en los puntos de bloqueo, a diferencia del líder indígena Túpac Katari, quien, según el expresidente, no pedía compensación en sus luchas. Sin embargo, el vicepresidente del MAS, Gerardo García, reveló que los viáticos rondarían los 150 bolivianos por persona, contradiciendo las declaraciones de Morales sobre la falta de apoyo económico en las movilizaciones.