La localidad de Ocurí, en el departamento potosino, se ve envuelta en una atmósfera de tensión y violencia debido a la irrupción de un grupo identificado como perteneciente al bloque ‘evista’ del Movimiento Al Socialismo (MAS). Esta acción, cargada de agresividad, tuvo como objetivo forzar la renuncia de autoridades municipales, incluyendo concejales, mediante amenazas e incluso actos físicos de violencia.
Los reportes indican que la Alcaldía y el Concejo Municipal fueron tomados por la fuerza, generando un ambiente de intimidación y miedo entre los funcionarios, especialmente dirigido hacia tres concejalas, a quienes se les exigió renunciar bajo amenazas contra sus familias y la posibilidad de incendiar sus hogares. Este escenario escaló a la agresión física, resultando en lesiones tanto leves como graves, como en el caso del concejal Justino Cancejo Chura, quien requirió atención médica tras el ataque.
La violencia ejercida por este grupo evista no solo se limitó a la intimidación y agresión hacia las autoridades locales, sino que también se extendió a acciones como la instalación de bloqueos en vías principales, como la carretera Diagonal Jaime Mendoza, como medida de presión.
Es crucial destacar que este tipo de acciones, más allá de su justificación política, representan una violación a los principios democráticos y legales, así como un atentado contra la integridad física y psicológica de los funcionarios electos por la ciudadanía. Este incidente, lamentablemente, no es un caso aislado en Bolivia, recordando episodios similares en municipios como Tacobamba.
En medio de esta situación, es fundamental que las autoridades pertinentes, tanto a nivel local como nacional, tomen medidas urgentes para garantizar la seguridad y el respeto a la institucionalidad democrática, así como para investigar y sancionar a los responsables de estos actos de violencia.
