Mundo, 13 de febrero de 2025 – Las canciones pegajosas, también llamadas «gusanos musicales», son fragmentos melódicos que se repiten en la mente sin que lo elijamos. Estos recuerdos involuntarios pueden activarse por estímulos externos, estados de ánimo o simplemente por haber escuchado una canción repetidamente. Los científicos los denominan «imagen musical involuntaria» (INMI, por sus siglas en inglés) y ocurren cuando el cerebro entra en un modo automático, conectando ideas y procesando recuerdos.

Las emociones juegan un papel clave en este fenómeno. «O la amamos y cantamos con ella, o la odiamos e intentamos que se vaya. Pero, en ambos casos, terminamos manteniéndola en la mente», explica el psicólogo Philip Beaman. Además, estos fragmentos melódicos están ligados a la memoria auditiva, lo que hace que el cerebro los repita una y otra vez, especialmente cuando no sabemos qué sigue en la secuencia de la canción.

Las melodías pegajosas suelen ser simples y repetitivas. Canciones como «Bad Romance» de Lady Gaga o «Can’t Get You Out of My Head» de Kylie Minogue permanecen en la memoria colectiva gracias a sus patrones melódicos únicos y partes vocales fáciles de recordar. Los expertos señalan que los fragmentos que se quedan en la mente son cortos porque el cerebro almacena la información en pequeñas secuencias para retenerla mejor.

Para eliminar un «gusano musical», los especialistas sugieren distraerse con otra actividad, ver televisión o incluso masticar chicle, ya que esta acción involucra vías neuronales similares a las de la repetición de canciones. Otra opción es escuchar la canción completa, lo que puede ayudar al cerebro a cerrar el ciclo y dejar de repetir el mismo fragmento en bucle.