Gabriel Rodriguez

La evolución tecnológica y la rápida digitalización de la comunicación han desafiado profundamente la estructura y el alcance de los medios tradicionales. Televisión y prensa escrita, que alguna vez dominaron la narrativa pública, enfrentan ahora una crisis que podría significar el fin de su hegemonía.

Con las nuevas revoluciones tecnológicas, la televisión boliviana ha tratado de mantener un modelo de entretenimiento basado en patrones establecidos hace 30 años, reciclando frecuentemente telenovelas, series y programas (inclusive que son de los años 70). Aunque han intentado actualizarse transmitiendo en redes sociales y páginas web, han mantenido un formato clásico que los ha dejado rezagados. Hoy, la televisión boliviana es mayoritariamente consumida por personas mayores de 35 años, lo cual indica una pérdida significativa de televidentes jóvenes y, en consecuencia, una disminución de su poder para generar agenda social a través de sus noticias.

La prensa escrita, por su parte ha sido severamente afectada por su incapacidad para adaptarse a las demandas actuales. Los artículos largos y la falta de una narrativa atractiva han llevado a que estos medios sean consumidos principalmente por adultos y personas que disfrutan de la lectura. Sin embargo, la juventud actual rara vez pasa del titular y prefiere medios más accesibles o visuales para obtener información. Esta desconexión con el público joven ha debilitado aún más la posición de la prensa escrita como líder en la generación de contenido informativo y con ello manejadores de la agenda social.

Plataformas como YouTube, Twitch, TikTok y empresas como Netflix, Amazon o Disney+ se han convertido en la nueva televisión para los jóvenes y nuevas generaciones. La variedad de contenido que estos servicios ofrecen permite a los usuarios elegir qué ver, cuándo verlo y desde qué minuto consumirlo, además de interactuar directamente con el contenido y los creadores. Esta interacción hace que la comunicación sea más democrática y participativa (comunicación horizontal), permitiendo a los usuarios no solo consumir información, sino que también sean partícipes del proceso comunicativo.

La llegada de TikTok ha traído consigo una revolución en la manera de comunicar noticias. Las nuevas generaciones de periodistas han adoptado métodos innovadores, comprimiendo las noticias más importantes en videos de un minuto que captan la atención de los millennials y centennials. El impacto de una publicación en TikTok puede llegar a ser comparable a más de 40 notas de prensa tradicionales, lo que ha llevado a muchas empresas a invertir en creadores de contenido en lugar de en medios tradicionales debido a su mayor alcance y eficacia.

En este nuevo panorama, los medios de televisión y prensa escrita enfrentan dos opciones: adaptarse a la era digital eliminando viejos patrones y, con ello, arriesgando perder a su audiencia adulta, o enfocarse en mejorar la confianza y la calidad de su contenido para su público mayor. La elección entre modernizarse o consolidar su base actual es crucial para determinar su relevancia y sostenibilidad en el futuro. Ambas llevan a cambios de paradigmas comunicacionales drásticos pero importantes para su supervivencia.

La constante revolución tecnológica y la aparición de nuevos actores en el ámbito comunicacional han debilitado la hegemonía de los medios tradicionales. Un punto importante que debe ser igualmente de análisis para los nuevos actores políticos y mediáticos al momento de saber que tipo de mensaje quiere mandar a sus diferentes públicos.