Por: Sergio Salazar Aliaga
Bolivia, 5 de julio de 2024 – La política boliviana tiene ese corte de literatura ficcional, es por eso que se puede dilucidar el presente a través de una mirada histórica, esto ya había pasado con Simón Bolívar en el General en su laberinto de Gabriel García Márquez y en este caso concreto con Evo Morales Ayma que se encuentra en esa confusión entre la ficción y la realidad que nos ha resultado tan caro el interior del partido, del MAS – IPSP por su angurria de poder.
En este último tiempo Evo Morales ha mostrado un desconcierto, dentro de la historiografía podríamos decir una resaca del poder después de catorce años, pero también enfermo de poder que lo pone más cerca de ser un hombre derruido, decepcionado y derrotado, lo que lo hace hacer malos cálculos políticos, con una personalidad desdoblada desde su programa de los domingos en la radio Kausachun Coca, como si fuese una reminiscencia del Quijote cervantino.
¿Cuál es el discurso de derecha que subyace a Evo Morales?
Evo Morales tuvo un giro muy radical, una derechización para hacer frente al gobierno popular de Luis Arce, convirtiéndose en la primera oposición de país, y todo eso se centra en el drama personal de “Evo” ante la imposibilidad de poder cumplir sus sueños de volver al poder, de querer ser de nuevo presidente del Estado Plurinacional.
Entre los primeros coqueteos con la derecha local junto al Senador Andrónico Rodríguez del ala evista, hicieron un pacto con la derecha como es Comunidad Ciudadana y Creemos para la implementación de la agenda parlamentaria 2024-2025.
En los momentos más álgidos de la política Bolivia, Evo Morales sin ninguna prueba en su programa en la radio Kausachun Coca afirmo que el gobierno monto un golpe de estado «Lucho faltó el respeto a la verdad, nos engañó, mintió. No sólo al pueblo boliviano sino al mundo entero, al orquestar un «autogolpe» con fin de ganar puntos políticos entre el electorado”. Lo grave de estas declaraciones que se aproximan a la ultraderecha sudamericana como es el gobierno de Argentina junto a su par Milei, que saco un comunicado para decir que fue un autogolpe de Lucho Arce, porque Miley quiere lavar la cara a los fascistas y que se normalicen los golpes de Estado, destruir a los gobiernos de izquierda, en este caso se asemejan en todo nivel.
Cuando, en la novela de García Márquez, Bolívar dice: “Cada colombiano es un país enemigo” o “Todas las ideas que se les ocurren a los colombianos son para dividir”, el autor del libro está anticipando de algún modo no solo las rencillas a las que él se verá enfrentado por su novela, sino también su propia reacción airada frente a ella, si no que cada habitante es culpable de esa división, en nuestro caso el único culpable de nuestras propias contradicciones, de nuestras divisiones es Evo Morales y sus acólitos, que no pueden ver más allá y entender el momento histórico en el que vive el país, a lo que recurren a discurso de derecha.
Si no fuera poco Evo Morales al Echar la culpa de un autogolpe dijo “que faltaron los muertos, que solo hubieron disparos de balín”, sin entender que un golpe de Estado es la toma repentina y violenta en un país, que derroca al poder existente, lo que Zuñiga estaba intentando pero que no pudo cambiar esa estructura , si hubo amenaza pero fue fallida, el año 2019 cuando Evo Morales escapa del país, en el hangar presidencial todavía no había ni un muerto. Evo en su laberinto.
Mientras la izquierda internacional como Maduro que dijo: “Bolivia tiene el récord de golpes de estado, pero ahora el presidente Lucho Arce y el pueblo boliviano nos ganaron en el sentido en el sentido de haber derrotado un golpe de estado, nosotros lo combatimos en 47 horas y Bolivia en una hora gracias a la valentía de su presidente”.
A estas palabras tan puntuales y oportunas de Maduro, un grupo de diputados del ala evista hicieron un reclamo, un reclamo contundente, lo sorprendente es que no le reclaman nada a Miley, eso significa con mucha claridad que hay un evismo extraviado, hay un evismo en su laberinto, remando a contramarea.
