Miami, 23 de agosto de 2024 – El exministro de Gobierno de Bolivia, Arturo Murillo, actualmente cumpliendo condena en un centro de detención en Miami, ha hecho públicas duras acusaciones contra la exministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, y el actual presidente del Senada, Andrónico Rodríguez. En un comunicado difundido desde su lugar de reclusión, Murillo afirmó que Lizárraga no renunció por decisión propia, sino que fue obligada a dejar su cargo tras realizar varios viajes a Miami utilizando recursos estatales para visitar a un amigo cercano que, según Murillo, tenía influencia directa sobre el gobierno boliviano.

Murillo también reveló que Andrónico Rodríguez fue un actor clave en las negociaciones para mitigar los conflictos en Bolivia, pese a que Rodríguez lo ha negado públicamente. Según el exministro, Rodríguez viajó a La Paz con pasajes pagados por el Estado y fue protegido por el gobierno debido a la tensión política de ese momento. Murillo describió a Rodríguez como una «ficha importante» en el proceso de diálogo, aunque admitió que sus acciones estuvieron marcadas por la influencia del expresidente Evo Morales.

Además, Murillo criticó duramente a Lizárraga, acusándola de desconocer los procedimientos legales bolivianos, como el proceso de elección y destitución del Fiscal General. También desestimó las críticas de la exministra sobre la falta de aceptación del gobierno por parte de los dirigentes cocaleros del Chapare, recordando los ataques sufridos por su familia durante los conflictos sociales. Según Murillo, Lizárraga estaba siendo manipulada por un amigo íntimo, lo que influenció sus declaraciones y acciones mientras estuvo en el cargo.

Estas declaraciones se producen mientras Murillo cumple una sentencia en Estados Unidos, después de haber sido condenado por delitos relacionados con corrupción.