Libano, 1 de octubre de 2024 – Este martes, el Ejército de Israel lanzó una incursión terrestre en el sur de Líbano, dando cumplimiento a las amenazas de acción militar que se habían intensificado en las semanas previas. La operación, denominada «Flechas del Norte», comenzó alrededor de las 02:00 horas (hora local) tras la aprobación del gabinete de seguridad liderado por el primer ministro Benjamín Netanyahu. Según las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), la ofensiva se centra en «redadas limitadas, localizadas y selectivas» contra objetivos del grupo militante Hezbolá en la zona fronteriza.

La decisión de Israel de llevar a cabo esta incursión se justifica en base a la alegación de que Hezbolá planeaba ataques al norte del país, lo que, según el Ejército israelí, constituye una amenaza directa a la seguridad nacional. En un comunicado, el portavoz militar, Daniel Hagar, afirmó que las localidades libanesas cercanas a la frontera se habían convertido en bases preparadas para ataques contra Israel. La ofensiva terrestre se realiza en el contexto de intensos bombardeos previos en todo Líbano y se centra en «aldeas cercanas a la frontera» basadas en información precisa sobre infraestructuras terroristas.

La operación está siendo llevada a cabo por soldados de la División 98 de paracaidistas y la Séptima Brigada acorazada, con apoyo de artillería y la Fuerza Aérea. Israel también ha realizado ataques aéreos en las plantas de fabricación de armas y otras infraestructuras de Hezbolá en los suburbios del sur de Beirut. En un esfuerzo por mitigar el daño a la población civil, el Ejército ha emitido avisos previos y utiliza municiones de precisión. Las autoridades israelíes han aconsejado a los civiles en el sur de Líbano que evacuen sus hogares y se desplacen al norte del río Awali.

El primer ministro interino de Líbano, Nayib Mikati, reconoció que el país enfrenta una de las etapas más peligrosas de su historia, subrayando la grave situación humanitaria que ha dejado la invasión israelí, que ya ha desplazado a alrededor de un millón de personas. Mikati ha señalado que su gobierno trabaja en cooperación con las agencias de la ONU para atender las necesidades básicas de los desplazados y ha denunciado la «devastadora guerra» lanzada por Israel.

En respuesta a la invasión, Hezbolá lanzó ataques contra objetivos en territorio israelí, incluyendo un proyectil dirigido a la sede del Mossad y una instalación de inteligencia en el centro de Israel, lo que dejó al menos dos heridos. A medida que los combates se intensifican, Israel ha impuesto restricciones a la población civil en varias ciudades, prohibiendo reuniones masivas y exigiendo que los lugares de trabajo y las escuelas tengan refugios antiaéreos cercanos. A pesar de la escalada, Hezbolá ha desmentido los informes sobre combates en el sur de Líbano, insistiendo en que no hay enfrentamientos directos con el Ejército israelí.