Mundo, 23 de noviembre de 2024 – El auge de la inteligencia artificial (IA) ha transformado numerosos sectores, brindando herramientas poderosas como ChatGPT, que permiten desde la redacción de textos hasta la creación de imágenes y códigos. Sin embargo, la rápida expansión de estas tecnologías ha traído consigo una nueva amenaza: WormGPT, un software malicioso que pone en evidencia los riesgos asociados con el mal uso de la inteligencia artificial. Este nuevo modelo generativo, denominado «el hermano maligno de ChatGPT», ha alarmado a la comunidad de ciberseguridad debido a sus peligrosas implicaciones.

A diferencia de modelos populares como ChatGPT, que están sujetos a estrictas restricciones para evitar usos indebidos, WormGPT no tiene ninguna limitación en cuanto a su uso. Los desarrolladores del software aseguran que la plataforma puede ser empleada para tareas legítimas, como la investigación de ciberseguridad, pero advierten que también puede ser utilizada para crear malware, diseñar estafas de phishing, o incluso generar virus informáticos. Su diseño permite que cualquier usuario, incluso aquellos con malas intenciones, pueda explotar el poder de la IA para sus propios fines.

La falta de filtros en WormGPT lo convierte en una herramienta de alto riesgo, ya que no hay ningún mecanismo que detenga solicitudes maliciosas. Esto significa que, mientras algunos usuarios podrían utilizarla para proteger sistemas, otros pueden aprovecharla para atacarlos. Este «arma de doble filo» representa una amenaza tanto para la seguridad de los usuarios como para las infraestructuras cibernéticas a nivel global. Los expertos en seguridad cibernética ya han señalado que el software podría facilitar ataques a gran escala si no se toman medidas adecuadas.

A pesar de los esfuerzos de sus creadores por distanciarse de posibles actividades ilícitas, alegando que el uso de WormGPT es responsabilidad del usuario, el software sigue estando en el radar de las autoridades y los profesionales de la ciberseguridad. La recomendación de utilizarlo a través de herramientas de anonimato como Tor y VPNs privadas para garantizar el anonimato solo aumenta las preocupaciones sobre su posible explotación en actividades delictivas. Los expertos advierten que es crucial mantener una vigilancia constante sobre este tipo de tecnologías para evitar que sean utilizadas de manera irresponsable.