Bolivia, 11 de febrero de 2025 – La aprobación de los contratos de litio que esperan luz verde en la Asamblea Legislativa Plurinacional representa una oportunidad de desarrollo económico clave para Bolivia, particularmente en el departamento de Potosí. Estos contratos traen consigo una importante inversión de 2.000 millones de dólares y la creación de miles de empleos, que beneficiarán tanto a la región como al país en general.
Durante la fase de diseño, que durará un año, se generarán oportunidades laborales para profesionales especializados y también para empleos locales, como servicios de transporte y recolección de datos. Posteriormente, en la etapa de construcción, se crearán más de 4.000 empleos directos e indirectos, contribuyendo al crecimiento de la infraestructura local y la mejora de servicios esenciales como alojamiento y alimentación.
En la fase de estabilización, que se extenderá por tres años, se estima que más de 2.500 empleos serán generados, y se fomentará la capacitación de la población, incrementando la demanda de bienes y servicios en áreas como salud y educación. Además, esta fase traerá consigo mayores ingresos por impuestos y contribuciones a las autoridades locales. A largo plazo, en la fase operativa, se espera que más de 1.500 empleos estables sean creados, con un compromiso de que más del 85% de los trabajadores serán bolivianos.
La aprobación de estos contratos asegura un crecimiento económico sustentable y un avance en la tecnología de extracción directa de litio, lo que no solo fortalecerá la economía nacional sino que también proporcionará una base sólida para el desarrollo del país en los próximos 30 años.
¿Qué perdemos si no se aprueban los contratos?
Si los contratos no son aprobados, Bolivia perdería una oportunidad invaluable de generar ingresos por divisas y transferencias tecnológicas que permitirían el desarrollo de una industria estratégica como la del litio. Además, se retrasaría aún más un proyecto de gran magnitud y se disminuiría la credibilidad del país frente a inversionistas internacionales, lo que podría afectar futuras iniciativas económicas en otras áreas.
La negativa a aprobar los contratos también implicaría que más de 4.000 empleos directos e indirectos se perderían, y las regiones afectadas tendrían que esperar un año más para activar sus economías locales. Esto retrasaría el acceso a una mejora en la infraestructura y servicios esenciales en Potosí y otras zonas cercanas al proyecto.
Verdades y mentiras de los contratos de litio
Existen diversas opiniones sobre los contratos de litio, y es importante aclarar algunos puntos clave. Primero, aunque se argumenta que los contratos no benefician al pueblo boliviano, lo cierto es que la inversión de 2.000 millones de dólares se destinará principalmente a Potosí, lo que generará un movimiento económico significativo. En cuanto al impacto ambiental, los contratos establecen el uso de tecnología de extracción directa de litio, que reduce el uso de agua y químicos, asegurando un proceso más sostenible.
En cuanto a las regalías, aún no se aplican debido a que se espera la creación de una nueva ley que ajuste el porcentaje específico para el litio. Sin embargo, los contratos contemplan que Bolivia mantendrá el control sobre la comercialización del carbonato de litio producido y asegura un ingreso económico adecuado. Además, la transferencia tecnológica de las empresas, como Uranium One Group y CBC, fortalecerá las capacidades de los trabajadores bolivianos, asegurando un beneficio a largo plazo para el país.
Si bien los contratos implican una participación de las empresas extranjeras, la distribución de utilidades está clara, con un 51% para YLB y un 49% para las empresas, lo que garantiza un ingreso seguro para Bolivia y asegura el control de la producción y comercialización del litio. La preocupación sobre las deudas o los altos intereses también se ve mitigada por las proyecciones de ingresos que permitirán recuperar la inversión a largo plazo.
La aprobación de los contratos de litio no solo abrirá un abanico de oportunidades económicas y tecnológicas para Bolivia, sino que también garantizará el desarrollo de la industria del litio como una fuente clave de ingresos para el país en el futuro.