Washington, 5 de marzo de 2025 – La deuda pública de Estados Unidos ha alcanzado el 122,3% del PIB al cierre del año fiscal 2023, manteniéndose en niveles históricos similares a los registrados tras la Segunda Guerra Mundial. A pesar de una leve reducción desde el pico del 126,3% alcanzado en 2021 debido a los gastos de la pandemia, el endeudamiento sigue siendo uno de los más altos del mundo.

Según la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), se prevé que en 2025 el pago anual de intereses de la deuda ascienda a 870.000 millones de dólares, superando el presupuesto destinado a defensa, que actualmente es de 806.000 millones. De acuerdo con las proyecciones, en la próxima década el servicio de la deuda aumentará un 132%, llegando a 1,52 billones de dólares en 2033, mientras que el gasto en defensa crecerá un 30%.

En el marco de la campaña presidencial, los candidatos han evitado presentar propuestas concretas sobre la crisis fiscal. Donald Trump prometió en la Convención Nacional Republicana que, si es reelegido, «empezará a pagar la deuda», aunque los analistas consideran poco viable esta promesa, dado que el déficit presupuestario de este año supera los 1,9 billones de dólares.

Por su parte, la administración de Kamala Harris ha propuesto una reducción del déficit en 3 billones de dólares en los próximos diez años, con medidas como la ampliación del crédito fiscal por hijos y subsidios para la compra de vivienda. Sin embargo, estas iniciativas enfrentan obstáculos en el Congreso, donde los demócratas del Senado han rechazado aumentos de impuestos en 2022.

La creciente deuda estadounidense mantiene la preocupación de los mercados y organismos financieros, ya que su costo compromete cada vez más los recursos del país.