La Asamblea General de las Naciones Unidas votó abrumadoramente este viernes a favor de la adhesión de Palestina como estado miembro de la ONU, una decisión simbólica que ha desatado la ira de Israel y que ha encontrado oposición en países como Estados Unidos o Argentina.

La resolución, presentada por Emiratos Árabes Unidos, fue aprobada por 143 países, mientras que 25 se abstuvieron y nueve votaron en contra, entre ellos Estados Unidos, Israel, Argentina, República Checa y Hungría.

El embajador palestino en la ONU, Riyad Mansour, expresó su emoción al declarar: «He estado en esta tribuna centenares de veces, a menudo en circunstancias trágicas, pero ninguna comparable a la que mi pueblo vive actualmente. Ni nunca por un voto más importante que hoy, histórico».

La Autoridad Palestina, desde Ramala, aseguró que el resultado demuestra que Palestina «merece ser miembro pleno» de Naciones Unidas.

La resolución no es vinculante y necesita la recomendación positiva del Consejo de Seguridad para ser efectiva. Sin embargo, Estados Unidos ya vetó una solicitud similar el pasado mes de abril. Los palestinos decidieron entonces recurrir a la Asamblea General, donde se necesitaba una votación favorable de dos tercios de los 193 Estados miembros.

A pesar de que la votación no garantiza la plena adhesión de Palestina como estado miembro, otorga inmediatamente una serie de «derechos y privilegios adicionales» a los palestinos, a partir de la 79ª sesión de la Asamblea en septiembre. Estos incluyen la capacidad de someter propuestas y enmiendas directamente, sin la intermediación de otro país, y de sentarse entre los Estados miembros por orden alfabético.

Israel ha rechazado enérgicamente la resolución, con el embajador israelí en la ONU, Gilad Erdan, acusando a la Asamblea de «otorgar derechos de estado a una entidad parcialmente controlada por terroristas». Estados Unidos también expresó sus reservas sobre la iniciativa, argumentando que las medidas unilaterales en la ONU y en el terreno no facilitarán una paz duradera ni la solución de dos estados.

La votación ha evidenciado la división entre los países europeos, con algunos, como Hungría y República Checa, votando en contra, mientras que otros, como Austria, Suecia y Reino Unido, optaron por abstenerse.

Este paso simbólico podría abrir un camino para futuras negociaciones y debates sobre el estatus de Palestina en la comunidad internacional, aunque el camino hacia una plena adhesión como estado miembro de la ONU aún enfrenta numerosos obstáculos.