La Paz, 27 de agosto de 2024 – En un emotivo acto en conmemoración del Día de la Dignidad de las Personas Adultas Mayores, Benedicta Calle, a sus 111 años, fue reconocida como la persona más longeva del municipio de El Alto. La Alcaldía organizó un homenaje para celebrar su vida y su contribución a la comunidad, destacando su sabiduría y fortaleza.
Con un rostro marcado por el tiempo y una mirada firme, Benedicta ha sido testigo de revoluciones, dictaduras y la evolución de la democracia en Bolivia. Nacida en 1913, emigró del campo a la ciudad para vender verduras, enfrentando la vida como madre soltera y criando a su único hijo, Alberto Calle, quien ahora, a sus 72 años, se ha convertido en su cuidador. «Nos tenemos el uno al otro», comentó Alberto, subrayando la unión y amor que los une.
Durante el evento, la alcaldesa Eva Copa expresó su gratitud por conocer a personas como Benedicta, quienes han aportado al desarrollo de El Alto y Bolivia. «Ella sigue viviendo con su familia, brindándoles cariño y sabiduría», afirmó la alcaldesa. Benedicta, quien acudió al acto desde su hogar en la zona Cosmos, fue recibida con alegría y admiración por la comunidad. Vestida con su mejor sombrero de cholita, su manta café y zapatillas de algodón, llegó acompañada de su inseparable bastón de madera.
El homenaje también incluyó a Máximo Zubieta, quien con 100 años de vida fue reconocido como el segundo adulto mayor más longevo de El Alto. Máximo, quien trabajó como comerciante, asistió al evento acompañado de su numerosa familia, que incluye seis hijos, 20 nietos y ocho bisnietos. Su hija, Gladys Zubieta, expresó la felicidad de la familia por poder celebrar la vida de su padre, quien, a pesar de sus dificultades para ver y oír, sigue siendo una fuente de alegría y sabiduría para todos.
Ambos homenajeados, Benedicta y Máximo, recibieron quintales de arroz, azúcar y otros regalos por parte de la Alcaldía, en una celebración que incluyó música, baile y la participación de la comunidad alteña.
Benedicta atribuye su longevidad a una dieta natural basada en quinua, caldo de res, chuño y coca, evitando alimentos enlatados. Aunque ya no tiene dientes y se alimenta principalmente de caldos, conserva una memoria aguda, recordando historias de su infancia y los tiempos de las dictaduras y revoluciones que presenció.
“Tengo 111 porque como quinua, coca y calditos”
Por su parte, Máximo, quien nació en 1924 y también se alimenta de comida natural, fue acompañado al evento por su esposa Emiliana, de 88 años. A pesar de sus limitaciones, Máximo sigue disfrutando de su plato favorito, el caldo de pollo, y de la compañía de su familia.
El homenaje a estos dos centenarios refleja el reconocimiento y respeto de la comunidad alteña hacia sus adultos mayores, quienes, con sus años de vida, han contribuido a la historia y el desarrollo de El Alto.