César Suárez se ocupaba también de los casos de corrupción más importantes del país

El crimen organizado vuelve a hacer temblar los cimientos del Estado en Ecuador. César Suárez, un importante fiscal ecuatoriano que investigaba los grupos delincuenciales, además de la toma por parte de un grupo de pandilleros del canal de televisión pública TC TV, ha sido asesinado a tiros este miércoles dentro de su vehículo, cuando conducía por el norte de Guayaquil. Le dispararon 20 veces. Suárez llevaba alguno de los casos de corrupción más importantes del país. “No sé como ha sobrevivido tanto tiempo”, concede una fuente que trabajaba estrechamente con el fiscal.

La respuesta de sus colegas ha sido contundente. La fiscal general del Estado, Diana Salazar, ha asegurado que la muerte de Suárez no detendrá el avance de la justicia. “Voy a ser enfática: los grupos de delincuencia organizada, los criminales, los terroristas, no detendrán nuestro compromiso con la sociedad ecuatoriana. Continuaremos con más fuerza y compromiso. Debemos tener claro que este hecho atroz trae consigo un mensaje para el trabajo que estamos cumpliendo desde la justicia en Ecuador”, ha dicho Salazar. A continuación, ha pedido a las fuerzas del orden que garanticen la seguridad de los funcionarios y ha sido clara en que su unidad indaga desde ya el asesinato para que no quede impune.

Suárez se había hecho cargo de la investigación de la toma en directo de un canal por parte de unos jóvenes armados con pistolas y dinamita, hace ocho días. Las autoridades creen que lo llevaron a cabo Los Tiguerones, una importante banda detrás de gran parte de las extorsiones que se producen en Guayaquil, la ciudad más poblada del país y donde más se ha sentido la violencia que cerca a Ecuador desde hace tres años. Los Tiguerones empezaron siendo un grupo compuesto por exguardias de prisiones reconvertidos en delincuentes, pero en la actualidad la componen miles de miembros. Se desconoce cuáles eran sus motivos para asaltar el canal, pero lo que es cierto es que ese suceso dio paso a una ola de violencia que llevó al presidente Daniel Noboa a decretar un estado de excepción por “conmoción interna”, lo que viene a significar que el Gobierno asume que libra una guerra a su interior.

Fuente: El País