La Paz. 13 de junio de 2024 – Entre 2014 y 2023, Bolivia ha visto un notable incremento en el valor de sus importaciones de combustibles, especialmente gasolina y diésel, casi triplicándose en este período. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), procesados por La Razón, el Estado boliviano ha gastado $us 14.315,5 millones en la compra de carburantes en la última década.
En 2014, Bolivia importó 1.059.779 toneladas de carburantes por un valor de $us 1.109,9 millones. Sin embargo, en 2023, estas cifras aumentaron considerablemente, alcanzando las 2.265.565 toneladas por un valor de $us 2.848 millones. Esto representa un incremento del 114% en volumen y del 157% en valor. El diésel sigue siendo el combustible más importado, tanto en volumen como en valor.
El presidente Luis Arce Catacora reveló que el 86% del diésel y el 56% de la gasolina consumidos en Bolivia son importados. El incremento de las importaciones se debe a la disminución de la producción local debido a la declinación de los campos petroleros.
En términos específicos, en 2023 Bolivia importó 1.499.611 toneladas de diésel, comparado con las 820.484 toneladas de 2014, lo que representa un crecimiento del 82,8%. El valor pagado por estas importaciones también aumentó un 119,7%, de $us 828,9 millones a $us 1.821,1 millones. Arce indicó que la falta de una política hidrocarburífera durante la administración de Evo Morales es la razón principal detrás de la caída en la producción nacional.
Para la gasolina, el panorama es similar. En 2014, Bolivia importaba el 22% de su gasolina, pero en 2023 esta cifra subió al 56%. Las importaciones de gasolina pasaron de 239.295 toneladas en 2014 a 765.954 toneladas en 2023, un incremento del 220,1% en volumen y del 265,4% en valor, de $us 281 millones a $us 1.026,9 millones.
El presidente Arce señaló que el desvío de diésel y gasolina a países vecinos, donde los costos son más elevados, también ha contribuido a la sobredemanda en Bolivia. Entre 2017 y 2020, se incautó un millón de litros de estos combustibles destinados al contrabando.
En respuesta, el Gobierno ha implementado un plan de abastecimiento de combustibles que diversifica las fuentes y mejora la logística, esperando ahorrar alrededor de $us 150 millones en el primer año y reducir los costos logísticos en unos $us 250 millones hasta 2025. El ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, destacó que la diversificación de proveedores y la mejora en la logística son claves para este ahorro.
Bolivia ha comenzado a importar crudo para aumentar la capacidad de refinación y asegurar el abastecimiento de lubricantes y aceites esenciales para el sector productivo. La estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ha jugado un papel crucial en la distribución de carburantes en un contexto complejo, destacando la necesidad de mantener y aumentar las reservas y la producción nacional.