Cochabamba, 20 de enero de 2025 – Evo Morales ha lanzado recientes denuncias infundadas en las que asegura que agentes de la CIA y francotiradores buscan capturarlo, encarcelarlo o incluso matarlo. Sin embargo, esta retórica parece más un intento por victimizarse que una acusación seria, especialmente considerando las investigaciones que enfrenta en la justicia boliviana.

El exmandatario, acusado por el delito de trata de personas relacionado con una menor de edad, ha afirmado que el 27 de octubre de 2024 agentes de la CIA, junto a policías y militares bolivianos, intentaron asesinarlo. Sin embargo, las versiones oficiales desmienten tales acusaciones, explicando que ese día Morales intentó atropellar a un policía antinarcóticos en el municipio de Villa Tunari tras evadir un punto de control.

A su vez, Morales ha asegurado que está siendo perseguido por el Gobierno boliviano, pero en realidad, las autoridades judiciales buscan que responda por los delitos cometidos durante su mandato. De hecho, fue declarado en rebeldía por no presentarse a una audiencia judicial en Tarija. La justicia ha dispuesto su aprehensión, arraigo, el congelamiento de sus cuentas bancarias y la anotación preventiva de sus bienes.

A lo largo de sus denuncias, Morales también ha afirmado que su estado de salud ha sido utilizado en su contra, alegando que padecía bronconeumonía cuando no se presentó ante la justicia. Sin embargo, circuló un video de él bailando con tiktokeros argentinos, lo que contradice sus afirmaciones de estar en reposo absoluto.

Este patrón de declaraciones contradictorias genera dudas sobre la veracidad de sus acusaciones y parece ser parte de una estrategia para eludir las investigaciones que lo señalan por abuso sexual y trata de personas, delitos cometidos cuando aún era presidente. La justicia continuará su curso, y las víctimas de estos delitos merecen la reparación que el proceso judicial puede ofrecer.