Gabriel Rodriguez
En los últimos años, Bolivia ha vivido una serie de eventos que han dejado a la población agotada y sin mucho interés en la política. Las elecciones fallidas de 2019, el golpe de Estado, las elecciones de 2020 y las subnacionales de 2021 han contribuido a un clima de cansancio generalizado. Además, la crisis económica provocada por la pandemia de COVID-19, la guerra en Ucrania y la transición hacia un sistema internacional multipolar han complicado aún más la vida cotidiana de los ciudadanos.
Esta secuencia de crisis ha llevado a un estado de apatía política. Es fundamental entender el contexto histórico y emocional de los electores para diseñar estrategias efectivas. La desconexión con las instituciones y con muchos de los políticos que emiten discursos polarizadores ha generado un desinterés y malestar hacia los diferentes estratos políticos.
La crisis económica global ha intensificado los problemas cotidianos de los bolivianos, llevando a la población a buscar estabilidad y seguridad. En este contexto, cualquier mensaje político debe ser claro, directo y relevante para las preocupaciones inmediatas de los votantes. Los mensajes dispersos y las múltiples vocerías solo contribuyen a la confusión y al ruido, debilitando la efectividad de la comunicación. Es esencial que las campañas se centren en pocos mensajes clave, repetidos y reforzados consistentemente.
Además del contenido del mensaje, el canal a través del cual se emite es crucial para su efectividad. Un buen manejo de las nuevas y viejas TICS es fundamental para generar impactos positivos y obtener retroalimentación de las diferentes generaciones de votantes. Por ende, hay que saber capitaliar muy bien los tiempos y los canales al momento de generar o emitir cualquier tipo de mensaje buscando minimizar cualquier tipo de impacto negativo o que deje abierta cualquier puerta hacia la desinformación por parte de los contrincantes con respecto a la población.
En la era de la información instantánea, la velocidad de respuesta y la capacidad de proposición son cruciales para generar y mantener una agenda política. Una respuesta tardía puede generar incertidumbre y desconfianza. La rapidez y la precisión en la comunicación son necesarias para aprovechar las oportunidades políticas y construir una imagen de competencia y confiabilidad.
Son pocos los políticos que han entendido esta situación y han sabido capitalizar estos puntos. Las próximas elecciones generales y subnacionales tendrán este enfoque, la juventud buscará mayor representatividad al momento de elegir a sus autoridades. La claridad, la consistencia y la rapidez en la comunicación, junto con el uso estratégico de los medios tradicionales, las redes sociales y otros canales digitales, serán clave para recuperar la confianza y el interés de los votantes en el proceso político.